Por El trabajo de una productora de aguacate no es pesado cuando se hace con cariño.
A paso veloz Doña Epifania nos guía a su Huerta de aguacate, ubicada en lo alto de Tepoztlán; sin demostrar sus más de 60 de años de edad ella sube la loma esquivando las resbaladizas piedras y la hojarasca del suelo.
“Tengo treinta años con mi huerta, vengo todas la tardes a sacudirles las hojas a los árboles, a recoger la fruta que está ya lista, esto es para mi una distracción porque me gusta hacerlo”, relata mientras su perro “Solovino” le hace reverencia para darle gracias que fue a visitarlo.
Doña Epifania
“Pues no ha sido difícil porque me gusta hacerlo, desde plantar los árboles podarlos, les pinto la parte blanca que ves, mezclo los fertilizantes, ya cuando hay que podar las ramas más altas ya eso lo hace mi esposo, pero todo lo que puedo hacer lo hago sin ayuda”.
Doña Epifania
Epifania cultiva dos variedades de aguacate: el Hass y El Fuerte, los cuales baja a comercializar en el mercado de Tepoztlán.
“Son dos temporadas de cosechas, una ya pasó y viene la de julio y agosto que le llamamos la fruta loca, porque son escasas las que se dan, nuestra producción ha mejorada mucho”.
Doña Epifania
Muestra la gran cisterna que sirve como captación de agua pluvial “el agua la recolectamos con unos tubos que tenemos guardados, ha venido gente que me pregunta si alguna vez me he metido a nadar, les contestó no nunca si me meto nunca salgo”, y sonríe.
La calidez con que recibe a los visitantes es la muestra de una gran mujer que sin importar lo arduo que suele ser un trabajo en el campo, nunca pierde una gran sonrisa y la mejor actitud hacia los demás.
“Que le echen ganas, qué hay muchas cosas que podemos hacer como mujeres y no solo estar en casa deprimiéndose, existen muchas cosas para salir adelante no solo en lo económico sino también en nuestra propia distracción”.
Doña Epifania
