Quizá tengas el síndrome de desorden financiero y no te has dado cuenta. En ocasiones compramos artículos que no sirven de nada y que al final se empolvan en casa. Ese dinero se puede gastar mejor en una cosa más útil, ¿o no lo crees?
1. Haz una “pausa consciente” antes de gastar
Muévete a un lugar apartado de la tienda y hazte las siguientes preguntas antes de comprar:
- ¿Por qué estoy aquí?
- ¿Cómo me siento? ¿Necesito esto?
- ¿Qué pasa si espero y lo compro luego?
- ¿Cómo lo pagaré?
- ¿Dónde lo pondré?
Entonces, solo realiza la compra si estás seguro de que es algo que necesitas y puedes pagar.
2. Reduce y limita el número de tiendas a las que entras
Cuantas más tiendas visites, más comprarás, según el sitio Forbes. Puede decirse que a cada diferente tienda que entras a buscar un mismo producto (el cual aún no adquieres) estás realizando una compra de comparación. Lo malo es que mientras más trabajo de campo realices, existe la probabilidad de que sientas la necesidad de recompensarte por tu esfuerzos y termines por comprar más de la cuenta.
3. No hagas amistad con el personal de ventas
Cuanto más interactúas con ellos, más probable será que compres algo. El resultado de esta mala decisión se debe a que no quieres defraudar a esa persona que te ayudo y dedicó su tiempo a complacerte en la búsqueda de tus gustos y necesidades.
4. No uses tarjeta
La tarjeta puede ser una herramienta útil a la hora de comprar, pero también puede hacer que tengamos una percepción poco realista del dinero que tenemos y gastamos. Es mejor que salgas de casa con el dinero justo que hacer un gasto excesivo con la tarjeta.
5. Anota el dinero que estás gastando
Una buena estrategia para ahorrar es anotar el dinero que te has gastado, pues puede servirte de feedback para saber lo que llevas gastado este mes y si realmente fue útil esa compra.