Ricardo Popoca, un joven padre de 29 años de edad, salió de su casa rumbo al gimnasio a bordo de su motocicleta, pero nunca llegó a su destino. Un accidente en el Paso Exprés cegó su vida.
Tuvieron que pasar ocho años para que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, el gobierno de Morelos y el municipal de Cuernavaca ofrecieran una disculpa pública a sus deudos.
“No estoy contenta con esta disculpa y no la acepto, se murió mi compañero, mi pareja de vida, el padre de mis dos hijos por la negligencia de autoridades y empresarios”, expresó la viuda de la víctima Raquel Vargas.
“Una disculpa no va a devolverle la vida a mi hijo, no hay justicia, las autoridades y las empresas responsables de la obra apuestan a la dilación para que los diversos delitos por los que fueron acusados -homicidio culposo, uno de ellos-, prescriban y queden impunes”, expresó Ricardo Popoca padre a las y los funcionarios de los tres niveles de gobierno, que no alcanzaron a esgrimir palabra alguna para contradecirlo durante el acto realizado en la Plaza de Armas de la capital morelense.
El accidente que cobró la vida de Ricardo Popoca se registró en octubre de 2016, cuando el joven motociclista circulaba por la vía federal, que en ese entonces estaba en obra de ampliación con solo un carril habilitado, cuando, a la altura del fraccionamiento Tabachines, un trascabo movió un poste de luz y tensó los cables de alta tensión rompiéndose uno de ellos, en el chicoteo del cable éste pegó justo en el cuello de la víctima matándolo al instante.
Nueve meses después, la tierra se “tragó” el vehículo de los señores Juan Mena, quienes murieron asfixiados bajo toneladas de asfalto y tierra en el famoso socavón.