“No hay garantías para seguir en la cobertura de la nota roja, los tres compañeros que nos dedicamos a ello decidimos suspender esta actividad”, declaró el reportero Andrés Salas.
La tarde del pasado martes, la camioneta del comunicador fue blanco de un ataque a balazos por varios sujetos en moto.
Su chófer, Noé, perdió la vida debido a los impactos en el pecho que recibió, en tanto, el hermano de Salas recibió varios impactos en un brazo.
Andrés bajó del vehículo una cuadra antes del lugar del ataque, por lo que libró el embate de las balas, pero no del miedo ni de la sobra.
“No me quiero ir de mi ciudad, nací en Cuautla, aquí está mi vida, el periodismo es algo que me apasiona”, expresó de primer momento.
Sin embargo, la falta de garantías por parte de la autoridad para resguardar su vida, la de familiares, colaboradores y para realizar su propio trabajo le llevaron no sólo a él, a dos compañeros más a poner en pausa el botón rojo de la grabación, a apagar el micrófono y a guardar el ánimo que por años les llevó a la cobertura mediática de los hechos violentos en la zona oriente.