Desde temprana hora, las calles del centro de Cuernavaca se llenaron de gente que esperaba con ansia el paso de amigos, familiares pero especialmente de las autoridades de seguridad que encabezaron el desfile en la edición CCXIII del inicio de la Guerra de Independencia.
El reloj marcó las 10:00 horas y los contingentes estaban listos para iniciar su marcha; pero el respetable aún debió esperar unos 20 minutos más en tanto el general Brigadier Estado Mayor, Antonio Ramírez Escobedo, leía el extenso parte oficial sobre quiénes integrarían la marcha.
El populacho se desesperó y al viejo estilo del silbido “corta discursos” y hasta aplausos, el militar tuvo que apresurar la lectura para dar inicio al desfile.
En el palco de honor se distinguía la figura del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, su esposa Natalia Reséndiz y sus pequeños hijos, acompañados del presidente del Tribunal Jorge Gamboa Olea y la diputada local Erika Hernández Gordillo.
A un lado, la chorcha la integraban el comisionado de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, el alcalde de Cuernavaca José Luis Urióstegui Salgado, el secretario y subsecretario de Gobierno, Samuel Sotelo e Israel Calderon, respectivamente, y cerraba el cuadro el secretario de Salud Marco Cantú.
A sus pies, los vehículos pesados y blindados iniciaban su andar.
Los vitores fueron para los binomios caninos, para las y los militares que portaban su gafete amarillo del Plan DN-III, el equipo antibombas y los de rescate.
Detrás de ellos los del Servicio Nacional Militar, luego los contingentes de escuelas y policias, con su retumbe de tambores de las bandas de guerra que anunciaban su llegada.El ánimo se mantuvo por espacio de hora y media que duró el festejo, que cerró con el paso de algunos integrantes de la Policía Montada.