Un melón con el punto perfecto de dulzor que sea firme, es una de las delicias que puedes degustar. Esta fruta que realmente es una hortaliza, perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, al igual que el pepino, la calabaza y la sandía, es muy saludable: es baja en calorías, alta en fibra, vitamina C y potasio. Además, si compras melón en temporada, es un alimento muy económico. Vamos, que lo tiene todo. Solo falta que el que elijas esté rico. Te damos unos cuantos trucos para que elijas un buen melón. ¡Toma buena nota!
Para empezar, elige el melón de los que estén en lo alto del montón. Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), “los ejemplares que en la frutería están arriba del todo sufren menos golpes y suelen estar en mejores condiciones”.
Al tocar el melón, este debe estar duro. Si está blando, lo más seguro es que esté pasado. Se recomienda darle un par de golpecitos en un lateral. Si vibra por dentro, la fruta estará en su punto.
Para saber si está maduro o no, la OCU aconseja apretar sus extremos. Si está perfecto para comer, “la base cederá ligeramente y el otro extremo (el pedúnculo) se abombará un poco”.
En el caso de los melones piel de sapo, a la hora de elegir un buen ejemplar, puedes fijarte en las rayas de la piel. Para que esté bueno, estas deben medir entre 1 y 3 milímetros. Visualmente también puedes chequear que no tenga defectos, eso sí, sin obsesionarte. El hecho de que el melón tenga una mancha clara indica el sitio donde apoyaba en la tierra mientras estaba en la planta. “Si esa zona presenta un color verdoso significa que la pieza no está todo lo madura que debería y por ejemplo en el caso de los melones piel de sapo escogeremos piezas donde esa área debe de estar más amarilla”. En cuanto al color, si es verde muy intenso, todavía no está para comer. Tampoco si la superficie brilla.
Para saber qué tal anda de maduro, los expertos recomiendan oler el péndulo del melón (la parte en la que estaba la flor antes de convertirse en fruto o el extremo opuesto al tallo). El aroma que percibiremos deberá ser dulce, pero no fuerte, pues esto último indicará que está muy maduro. Y para acabar un último consejo: es preferible comprar el melón entero, no cortado en mitades. Comprar melón o sandía ya cortados puede entrañar riesgos de intoxicación alimentaria, sobre todo si estos no están conservados dentro de un frigorífico en el establecimiento que los vende. Evita la fruta cortada que se expone a temperatura ambiente.
Y así de fácil puedes tener un buen melón.