Por Este sábado 3 de mayo se celebra en todo México el Día de la Santa Cruz, una fecha profundamente arraigada en la tradición católica, que conmemora el hallazgo de la cruz en la que fue crucificado Jesucristo. En el país, esta fecha adquiere un significado especial al combinarse con la celebración del Día del Albañil, quienes honran su oficio con rituales, convivios y un fuerte sentido comunitario en las obras de construcción.
La cruz como símbolo de protección y fe
La jornada inicia con la bendición de una cruz decorada con flores y listones de papel, misma que es colocada en un punto visible de la obra en construcción.
Esta cruz no solo representa un símbolo religioso, sino que, de acuerdo con la creencia popular, protege la obra y a los trabajadores de accidentes, brindando seguridad espiritual durante el proceso constructivo.
La tradición establece que es el dueño, arquitecto o encargado de la obra quien se encarga de ofrecer comida, bebida y música, para que los trabajadores celebren con alegría su día.
Es una pausa en la rutina para compartir el pan y la sal, como expresión de respeto y gratitud por el trabajo arduo que realizan quienes construyen viviendas, escuelas, hospitales y espacios públicos.
Día de la Santa Cruz
El Día de la Santa Cruz es también una oportunidad para reforzar los lazos entre patrones y albañiles, y mantener viva una costumbre que entrelaza lo espiritual con lo laboral. A lo largo y ancho del país, cientos de construcciones se visten de color con cruces floridas que, más allá de su valor simbólico, son reflejo de una fe que se manifiesta en comunidad.
En estados como Morelos, Guerrero, Oaxaca y Puebla, este festejo tiene un arraigo cultural profundo y es común ver altares improvisados, procesiones y misas especiales en las obras. Así, el Día de la Santa Cruz sigue siendo una de las festividades más vivas dentro del calendario tradicional mexicano.
