Andrea Martínez Cervantes y Margarita Ceceña Martínez, madre e hija, pasaban la tarde sentadas en la tiendita que instalaron en su casa. Tomaban un refresco acompañadas por los tres hijos de Margarita.
La tranquilidad del momento fue interrumpida abruptamente por los gritos de María de la Cruz, hermana de Andrea, quien le exigía hablar con ella, fue entonces cuando madre e hija identificaron a otros familiares, tíos y primos, y a otro sujeto que cargaba unas garrafas.
El altercado verbal pronto pasó a lo físico y Margarita fue rociada con gasolina.
“Échale el cerillo, quémala”, gritaba María de la Cruz y los otros familiares. La petición se cumplió.
Mientras Andrea corrió a cargar a la pequeña de dos años, el sujeto, identificado como Primitivo “N”, arrojó el cerillo secundado por una adolescente, sobrina de Margarita.
“De inmediato vi como mi hija se quemaba, traté de correr hacia ella para apagarla pero el hombre me echó gasolina en la cara, también a mi nieto, el mayor, que estaba grabando todo con un celular”, relató la propia Andrea frente al féretro de su hija.
“Mamá, ¡ayúdame! ¡Échame agua! gritó Margarita mientras sus ropas y su cuerpo se quemaba.
Margarita sufrió un ataque previo hacia finales de mayo por los mismos agresores, quienes peleaban una casa, propiedad de otro familiar que les quitó al saber que fue rentada sin su aprobación y sin que le dieran cuenta del dinero que ganaron por ello, y que pidió entonces a la víctima la habitara con sus hijos.
“En esa ocasión, la golpearon muy feo, la patearon, la rasguñaron, le cortaron el cabello”, detalló Andrea, quien reclamó a la Fiscalía Regional Oriente que a pesar de que su hija acudió a denunciar, el caso lo desdeñaron, le dijeron que no iba a prosperar “porque sólo eran unos rasguñitos” y se rehusaron a levantar la denuncia.
El pasado 1 de julio, los cuerpos de emergencia dieron cuenta de un incendio en una casa de la comunidad de El Hospital, pero sin reportar víctimas. El incendio fue el de la casa de Margarita, que ardió cuando sus familiares quemaron la tiendita que puso con su madre a fin de ganarse la vida y pasar tiempo con sus hijos.
Andrea acudió el 2 de julio a denunciar a sus parientes, pero la propia Fiscalía General del Estado de Morelos, a través de un comunicado de prensa, refirió que no hay datos de esa denuncia, tampoco de los cuerpos de emergencia ni del hospital general de Cuautla donde Margarita pasó algunos días antes de ser trasladada al Instituto Nacional de Rehabilitación, en la Ciudad de México, debido a que el 80% de su cuerpo presentaba quemaduras de segundo y tercer grado.
“Mi hija y yo vivíamos aquí en Ecatepec con los niños, pero ella salía muy temprano a trabajar en la central de abastos, era una mujer muy trabajadora, ella veía qué vendía pero sólo le importaba sacar adelante a sus hijos. Yo la convencí de irnos a Cuautla para una mejor vida y sólo encontró la muerte”, relató entre lágrimas Andrea.
Margarita murió el pasado domingo en la Ciudad de México víctima de una falla cardiaca. Su madre y otros familiares la llevaron a Ecatepec, Estado de México, donde vivían anteriormente. Ahí fue velada y enterrada esta tarde.
“Mi hija está muerta, pero le exijo justicia a la Fiscalía, ellos solo me dicen que ya hay órdenes de aprehensión pero no los han detenido, ya tienen los nombres, ya tienen el video, ya saben lo que hicieron, qué esperan para ir por ellos. Nada me va a devolver a mi hija pero necesito justicia”, expresó.
La tarde de este martes, la Fiscalía General dio a conocer que obtuvo las órdenes de aprehensión contra María de la Cruz “N” (hermana de Andrea), Nataly “N”, Leobardo “N” y Primitivo “N”; también solicitó una orden de aprehensión en contra de la menor de edad.