Por Maribel trabaja en el área de cocina de un hospital privado, llegó por invitación de un amigo cuando fue despedida del anterior, anduvo buscando por varios meses, pero las situaciones económicas del sector privado le impedían encontrar uno hasta que lo logró, pero nunca se imaginó enfrentar de ahí su miedo a la muerte, nunca imagino que cada día salir sano de su trabajo sería un reto que habría que enfrentar durante varios meses.
He visto morir a muchos pacientes, algunos llegan casi sin poder respirar como un pececito afuera del agua, otros que llegan bien por su propio pie incluso solos, pero no salen vivos por culpa del Covid-19; eso me da mucho miedo a veces no quiero ni venir a trabajar, pero la necesidad me obliga y no me queda más que extremar los cuidados”.
Ella se encarga de darle una mejor vista a los alimentos que los pacientes consumen bajo la dieta que el médico les da.
A la fruta les hago formas de animales, de corazones, trato de que se vea lo más apetitosa posible”.
Con cubre bocas, careta, y su desinfectante en mano sale muy temprano de su casa, se va en ruta y casi a regaños logra que el de al lado guarde su “sana distancia”, llega al hospital que se ubica sobre una de las principales avenidas de la capital morelense en donde pasa prácticamente todo el día hasta cumplir su jornada laboral.
Llegando a casa lava su ropa y se da una ducha, no sin antes haber pasado su calzado por sus largos trapeadores con cloro colocados en la entrada de su hogar, medidas que asegura le han salvado del virus pues no se ha infectado una sola vez a pesar de las reiteradas pruebas que se ha aplicado como prevención.
Como ella es la vida cotidiana de las mujeres en morelos, las que este 8M enfrentan de una u otra forma al Covid-19, la que cedieron ante la enfermedad dejando una enorme tristeza en sus familias, la que se quedó sin empleo porque su empresa cerró, o la que recién levantó sus cortinas porque su giro fue considerado como esencial, la que toma clases en línea o a distancia, la que fue golpeada por no querer hacer lo que le “ordenó” el marido, las visibles o las invisibles en medio de esta contingencia conmemoran el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer.
