Asesino! Rodrigo era un buen hombre! Renuncia! No protejas a criminales! fueron algunas de las consignas que lanzaron en contra del fiscal general de Morelos, Uriel Carmona Gándara, los familiares y allegados del activista asesinado Rodrigo Morales Vázquez.
Este día se realizó una marcha, que partió desde el lugar donde fue privado de la vida Morales Vázquez la noche del pasado jueves, sobre avenida Universidad de la capital morelense, frente a una institución bancaria.
Ahí, Luis Andrés Morales, hijo de la víctima, dijo confiar en las autoridades para recabar indicios que lleven al esclarecimiento de su padre, también reveló que tras su trabajo como activista y su férrea oposición a la reactivación del relleno sanitario Loma de Mejía, recibió diversas amenazas de muerte.
Sin embargo, el discurso fue modificado al llegar a las instalaciones de la Fiscalía General del estado, unos 3 km de distancia del punto de salida, hasta donde llegó la movilización, sobre avenida Emiliano Zapata.
Expuso entonces que más de una década atrás, Rodrigo jugó un papel ponderante para el cierre de Loma de Mejía, pero que en esta reactivación se mantuvo al margen.
Ello a pesar de que en semanas pasadas Morales Vázquez fue amenazado por los conductores de los camiones de basura a quienes se les impidió el paso en la avenida Subida a Chalma, por los vecinos del lugar, al defender a las personas de la tercera edad que eran salvajemente golpeado por los trabajadores de limpieza.
Diversas organizaciones ambientalistas, defensores de derechos humanos y sociedad en general engrosaron la protesta, que fue recibida por personal de la fiscalía, quien conminó a una comisión a esperar dentro de las oficinas a Carmona Gándara a lo que se opusieron.
El plantón fuera de la institución estatal provocó el cierre en ambos sentidos de la vialidad, principal arteria que conecta el centro con el norte de Cuernavaca.
El fiscal tardó alrededor de media hora en llegar y al ser detectado por los manifestantes, éstos le cerraron el paso a las camionetas en las que habitualmente se traslada con su personal de seguridad, por lo que el funcionario descendió de su vehículo blindado donde fue confrontado por los dolientes.
Entre gritos, reclamos, acusaciones y empujones, el fiscal y su comitiva se abrieron paso hasta la reja principal donde Carmona Gándara extendió la mano a la madre de Rodrigo, con quien se presentó ante el desconocimiento de la mujer de la tercera edad que era trasladada en una silla de ruedas.
“Mi padre era un hombre bueno, no merecía que lo mataran de esa forma, no queremos le exigimos justicia, fiscal”, le gritó en la cara la hija adolescente del activista.
Alrededor de 10 personas entre familiares amigos y activistas ingresaron a la reunión con el fiscal donde presuntamente les dio a conocer las diversas líneas de investigación que se siguen sobre el caso.