Por El obispo de Cuernavaca Ramón Castro Castro criticó las políticas públicas impuestas por el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, a las que tildó de clientelistas, manipuladoras e inútiles, durante su sermón tras concluir la IX Caminata por la Paz, realizada este día en Cuernavaca.
Ante una nutrida feligresía que se volcó a las calles y al claustro de la Catedral de la ciudad, el obispo señaló que la dinámica social de México está marcada por la palabra descomposición, “creo que no hemos tocado fondo, pero los fenómenos y tendencias son claras y documentadas en estudios y análisis serios, nacionales como extranjeros.
La descomposición se va expandiendo de forma silenciosa, pero a veces lo hace por eventos estruendosos que convulsionan a la sociedad, sin que las autoridades correspondientes tomen acuse de recibo”, inició.
Castro Castro consideró alarmante la manipulación de las masas a través de los programas educativos al colocar a personas sin preparación, sin capacidad, ni trayectoria al frente de las Instituciones de educación básica y media orientada hacia viejas ideologías marxistas de los años 70, además de difusión de la ideología de género, dijo.
Los múltiples programas sociales de combate a la pobreza son un ataque al principio de subsidiariedad, dado que se entrega dinero de forma directa, con efecto clientelistas, con personas de la tercera edad, mujeres, madres solteras, jóvenes estudiantes o sin trabajo, y a otros muchos, incentivando un gran desinterés por trabajar y convertirse en responsables de su propio desarrollo, siguió.
También criticó la polarización ideológico-política que divide a familias, grupos y comunidades, m mientras la pobreza en México crece, tanto en lo económico, en la atención médica y en los servicios para una vida más digna.
El jerarca de la iglesia católica en Morelos afirmó que los rostros de la violencia son muchos, y se tornan en asesinatos, secuestros, feminicidios, violaciones, extorsiones, cobro de derecho de piso, desaparecidos, masacres, trata de personas, explotación infantil (laboral y sexual), fosas clandestinas.
Los números son atroces, expresó, y hemos roto records, podemos decir que México está salpicando sangre por todos lados.
La impunidad es altísima y crece la desconfianza hacia las instituciones que imparten justicia. Las autoridades encargadas de la seguridad parecen ausentes o rebasadas, al tiempo de señalar que delitos como el robo, los homicidios y la trata se han duplicado en el actual sexenio.
“Ya no es suficiente manipular comprando conciencias y medios de comunicación que informan a modo. Las redes sociales están cumpliendo una función que despeja la verdad y pone en evidencia podredumbres nauseabundas de corrupción e impunidad”, arremetió.
Finalmente dijo, “estas caminatas no son el final del camino, sino un signo de futuro en proceso que debemos construir entre todos, sin excepción. No podemos cargar todo el peso de las responsabilidades a una sola persona ni a una sola institución pues somos una nación y como tal debemos enfrentar las dificultades; nos toca asumir las responsabilidades que nos competen para mejorar la actual situación y recuperar el país con sus valores y potencialidades.
Todos los mexicanos y morelenses estamos llamados a comprometernos por salir de la crisis que vivimos”, culminó.
Al término del acto, el obispo colocó una ofrenda de flores, en las inmediaciones de las catacumbas, en compañía con familiares de desaparecidos.
