El 21 de septiembre no solo marca el inicio de la temporada otoñal, sino que también se ha convertido en una fecha clave para una tradición curiosa y significativa: regalar flores amarillas. Aunque esta costumbre ha ganado popularidad en los últimos años, su origen tiene raíces en diversas fuentes culturales y sociales.
¿Por qué se regalan flores amarillas?
La tradición de regalar flores amarillas en este día está estrechamente vinculada con la celebración del Día Internacional de la Paz, instaurado por las Naciones Unidas en 1981.
Dicha fecha busca promover la paz y la no violencia a nivel mundial, y las flores amarillas, con su simbología de esperanza y amistad, se han adoptado como una forma de expresar estos ideales.
Pero también, a través de las redes sociales, se ha ido popularizando el regalar flores amarillas por la serie argentina “Floricienta” de 2004, donde la protagonista anhela recibir flores amarillas de su amado, lo que llevó a los fans del programa a replicar este gesto romántico en la vida real.
El color amarillo, además de estar relacionado con la paz, también simboliza la esperanza, la calidez y la amistad. Regalar flores de este color en el Día Internacional de la Paz se ha vuelto una manera de expresar el deseo de un mundo mejor, donde el entendimiento y la armonía prevalezcan por encima de la violencia y los conflictos.
El 21 de septiembre, además de celebrar la paz, es una oportunidad para demostrar cariño y solidaridad a través de este gesto floral que simboliza optimismo y fraternidad.
Para quienes deseen sumarse a esta tradición, regalar flores amarillas es una forma simple pero significativa de compartir un mensaje de esperanza en un mundo cada vez más necesitado de armonía y entendimiento.