A lo largo de esta semana en que el ciclo escolar 2020-2021 inició para todos los niños, niñas y adolescentes de todo el país, hemos visto como madres y padres “subieron” fotos a sus redes sociales en las que “presumían” bonitos escritorios, computadoras de marcas comerciales, celulares de gama alta, pantallas de plasma y hasta una que otra herramienta adicional para que sus menores cumplan con las clases a distancia.
Éste escenario que acabamos de describir no fue lo mismo para David. Él vive en la colonia Milpillas, justo en la capital del estado en donde las calles a penas y cuentan con una vereda para transitar, la colonia es identificada como “En crecimiento” por el propio Ayuntamiento de Cuernavaca y es ahí en donde le tocó vivir y crecer junto a sus abuelos y su madre.
A veces pasa sus días en la colonia Antonio Barona en donde vive la pareja de su mamá y con quien convive junto a su hermana de dos años de edad.
En la humilde casa que con mucho esfuerzo ha construido su abuelo, quien se dedica a manejar un taxi, espera a que se den las 4:30 de la tarde para cambiarle de canal a la televisión “De plasma” que tuvieron que comprar para que pudiera tomar clases; la compra se hizo en una de esas tiendas de “pagos chiquitos para pagar poquito”, pero que pese a la deuda su madre lo toma como una “Inversión”.
–¿Cómo fue tu regreso a clases?, fue la pregunta lanzada a David de cuarto de primaria.
Al principio me sentí muy raro, extraño mi salón de clases, a mis compañeros, a la maestra; me cuesta trabajo poner atención a la televisión porque nadie me explica”.
Este lunes 24 de agosto en Morelos 365 mil menores de los niveles preescolar, primaria y secundaria iniciaron el Programa “Aprende en Casa II”, transmitido por los cuatro canales de cobertura nacional, pero el regreso no fue el mismo para todos.
Para quienes la escuela a distancia ha sido desde una computadora como es el caso de Fernanda de sexto grado que cursa en una escuela privada la diferencia es enorme, cada mañana se levanta a desayunar “Algo de fruta, leche y un pan tostado a veces”, luego a las 8 de la mañana se conecta a la aplicación “MEET” siempre con la presencia de la “Miss” para iniciar sus clases de español o inglés de acuerdo al horario que le sea asignado.
¿Cómo fue tu regreso a clases?, le pregunté a Fernanda.
Los primeros días me dio mucha flojera conectarme, hubo fallas se fue la luz el primer día en la escuela y no escuchábamos a la maestra, pero después ya la escuchamos y me dio gusto escucharla, poder ver y escuchar a mis amigas del salón”.
Estos días no le han dejado tarea y su jornada incluye un recreo de 40 minutos que ocupa para:
“Comer mi lunch y platicar un rato con mis compañeros, luego regresamos a clases y terminamos a las 2 de la tarde como un día normal solo que en casa; en el día la maestra nos explica todo en el pizarrón, participamos, tenemos deportes, artes, todo normal”, añade.
Sus padres a diferencia de David no tuvieron que asumir una deuda para que su hija tomara las clases, en su lugar utilizaron la computadora “Familiar” y adecuaron un escritorio en un espacio especial en una de las recámaras de su casa.
Sin duda el regreso a clases acentúa las diferencias socio-económicas de las y los niños no solo del estado sino del país.
De acuerdo al informe del Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Morelos el 50.8 por ciento de la población, es decir, más de un millones de habitantes, se encuentra en una condición de pobreza; el 7.4 por ciento, más de 147 mil personas se encuentran en pobreza extrema; y solo el 14 por ciento, 279 mil personas, no es pobre ni es vulnerable.
En este último reporte del año 2018 señala que el 16.9 por ciento de la población, es decir, 337 mil personas, presentan rezago educativo; 490 mil tienen problemas en el acceso a la alimentación; y 225 mil pesos carecen de calidad y espacios de la vivienda que ocupan.
El año pasado el titular del Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, Ricardo Bucio Mújica, precisó que en Morelos la cifra de este sector en la población en situación de pobreza superaba los 9 mil.