El programa del reordenamiento del ambulantaje en el centro histórico de Cuernavaca fue fallido, reconoció el secretario general del ayuntamiento, Carlos de la Rosa Segura.
Lo anterior debido a que no solo no logró imponer la ley y que el comercio informal se realizara de acuerdo a los convenios signados, en los espacios estipulados, pago de permisos y determinado número de vendedores, sino que los ambulantes se han apropiados de otros espacios.
“Hemos detectado que en el Zócalo y en la contra esquina de éste, donde está el restaurante La Universal, se han instalado al menos unos seis vendedores que no cuentan con ninguna clase de permisos, pero que presuntamente están protegidos por el Nuevo Grupo Sindical (NGS)”, detalló.
A su decir, las diversas organizaciones que aglutinan el comercio informal en el primer cuadro de la ciudad estiman que el padrón asciende a unos mil 500 vendedores.
Sin embargo, ninguno de los agremiados al NGS -alrededor de 450-, ha pagado un solo permiso o refrendo, es decir que durante los tres años en los que De la Rosa Segura ha fungido como secretario general del ayuntamiento, logró que dicha organización respetara y cumpliera con lo establecido en la ley.
Pero además el servidor público endosó la responsabilidad a la siguiente administración, que también encabezará el actual alcalde José Luis Urióstegui Salgado, al decir que en lo que resta de la actual gestión se seguirá operando como se ha hecho y será la próxima administración la que, en todo caso, cambie las políticas públicas o acciones a implementar.
Desde el inicio del actual gobierno municipal se anunció con bombo y platillo que uno de los principales objetivos de esta administración sería el reordenamiento del comercio informal en el centro de Cuernavaca, sin que esto se haya cumplido.