Por La comparecencia del fiscal general Uriel Carmona Gándara por las anomalías en la necropsia en el caso de la joven Ariadna Fernanda, llevaron al presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso del estado, Julio César Solís Serrano, a enseñar el cobre.
El acto, que en realidad se transformó en un día de campo para el fiscal, quien tras seis horas no recibió cuestionamiento alguno por su actuar ni el de su personal forense, a pesar de la disparidad de resultados entre la institución a su cargo y de su homóloga de la Ciudad de México que asegura que la joven no murió por broncoaspiración tras la ingesta excesiva de alcohol, sino por golpes, situación que no explicó y que de nueva cuenta defendió a capa y espada el resultado de sus pruebas.
Cuando tocó el turno a Julio César Solís, éste preguntó al comisionado de Seguridad José Antonio Ortiz Guarneros y al secretario de Gobierno Samuel Sotelo -presentes para rendir cuentas sobre su actuación en el caso-, si no les daba vergüenza trabajar en un gobierno “pitero y chafa como el de Cuauhtémoc Blanco”, a lo que ambos funcionarios respondieron sin perder la calma, y que tanto su instrucción académica como larga experiencia laboral los avala en cualquier circunstancia, puesto y gobierno.
Entonces el comisionado Ortiz Guarneros reviró y expresó, “siempre es un gusto hablar con usted diputado, cómo lo voy a olvidar, sobre todo aquel primer encuentro que tuvimos en el C5 donde usted amenazó que me sacaría de la entidad”.
Eso valió para que el coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano arremetiera en su contra y le exigiera pruebas de lo dicho.
El capitán Mario Isaac Vargas Santomé, asesor del comisionado, intervino a gritos y respaldó lo dicho por su jefe, momento que de nueva cuenta aprovechó el legislador para decir “amarre a sus perros, comisionado”, tildar de mentiroso a Santomé, y terminar su intervención con un sendo “tú no eres nadie”, que fue abucheado y aplaudido por la porra respectiva de cada bando.
