Por Con la cara maquillada, ropa colorida y una buena actitud va el Payaso Tarolitas haciendo reír a los usuarios del transporte público en toda la República Mexicana, “así somos los payasos callejeros, trabajamos en todas partes”, destacó.
En las últimas horas, el Payaso Tarolitas ha recorrido las calles y el servicio público de Cuernavaca para realizar su espectáculo con el que la mayoría de espectadores se ríen y olvidan por un momento sus preocupaciones.
Con el dinero que recaude comenzará a dirigirse hacia el sur de la entidad hasta llegar a Acapulco, de donde es originario, para recibir el año nuevo.
Y es que después de dos años, el Payaso Tarolitas se volverá a reunir con su mamá y hermana, pues explicó que desde el 2020 no pudo estar con ellas debido a la pandemia, “sólo le mandaba sonrisas a la distancia”, dijo.
Al saber que en unas horas podría llegar al lugar que lo vio crecer, llegó a su memoria lo que hacía para ganar dinero cuando era niño; algunas veces limpiaba carros y otras caminaba por el malecón.
Pero, al ver a sus hermanos trabajar de payaso, se interesó y comenzó a aprender de ellos, hasta que decidió emprender su propio viaje en México; ahora, después de 31 años en el oficio se presenta en parques, escenarios e incluso en fiestas.
El Payaso Tarolitas reconoció que ser payaso callejero no es nada fácil, ya que no tiene un sueldo seguro ni prestaciones, pero aseguró que se siente muy bien cuando hace reír a una persona y reciben de ella una moneda.
“Cuando te gusta tu trabajo, la risa lo paga todo (…) nosotros nos ganamos la vida haciendo reír a las personas”, afirmó.
