Por Mientras que en la Noche Buena cientos de familias se reúnen para convivir y recibir la Navidad, otras personas no tienen la oportunidad de hacerlo, ya que su deber, es estar alertas para auxiliar a la ciudadanía en caso de que se requiera.
Es el caso de los bomberos, quienes, a pesar de las fechas, tienen que sacrificar estar con los suyos, y se tienen que mantener alertas y velar por la ciudadanía, siempre pendientes que de que no se registre algún incendio.
Para Moisés Aguilar Mares, bombero de Cuernavaca, la guardia del 24 o 31 de diciembre, también se convierte en momentos de alegría, ya que asegura, el cuerpo de bomberos es como su segunda familia, y esos días, con donativos de la ciudadanía, en medida de lo posible, tratan de pasar felices fiestas.
“Es un turno donde convivimos con nuestra segunda familia, también aquí juntamos un poco con la ayuda de la ciudadanía que muchas veces nos trae donativo, comida, atole, café, hacemos una convivencia entre todos los compañeros y hacemos una pequeña reunión con motivo de las fiestas, pero siempre al pendiente de cualquier tipo de servicio”, comentó el bombero desde hace más de 22 años.
El sacrifico es difícil, pero es parte de su labor, y aunque por lo regular siempre ocurren accidentes o siniestros, el deseo de todos esos rescatistas, o héroes sin capa como muchos les llaman, es que no ocurra ninguna tragedia, y no tengan que prender las sirenas de sus vehículos de emergencia.
De manera encarecida, pidieron a la clísanos evitar a toda costa conducir en estado de ebriedad, usar pirotecnia y realizar cualquier tipo de acción que pueda poner en riesgo sus vidas y la de otros, para que esa manera, todos puedan pasar una feliz navidad.
